Cuando todo pase.
El Manifiesto Post-COVID19 de Li Edelkoort

Hace tiempo que no escribo y ahora, que todos por este confinamiento tenemos un poco de tiempo extra, aunque no sepamos bien como gestionarlo y a nuestro cerebro le cueste concentrarse, es el momento de retomarlo porque quiero compartir con vosotros lo más inspirador que he leído estos días.

La incertidumbre sobre cómo será retomar la actividad, el trabajo y los ingresos a niveles anteriores a la pandemia y la sensación de vivir en un eterno día de la marmota, con ritmos de sueño descontrolados, no hacen mucho por nuestra productividad creativa. Puede que tras el paso devastador del COVID-19, o mientras tengamos que convivir con él, nada cambie. Quizá nuestro mayor deseo solo sea retomar la normalidad tal y como la entendíamos antes de que esto pasara. Estoy segura de que a todos nos quedará un poso, una marca, que de alguna manera nos cambiará, aunque sea poco por estar confinados en nuestras casas con nuestros pensamientos, o mucho si hemos sufrido la pérdida de un ser querido.

De todo lo que he leído estos días la entrevista a Li Edelkoort publicada por Dezeen el 9 de Marzo es la única que me ha dejado una sensación esperanzadora. ¿Y quien es Li Edelkoort? Los que trabajáis en el mundo de la moda puede que ya conozcáis. Esta holandesa lleva años prediciendo movimientos sociales para grandes clientes, es una teórica del diseño y analista de tendencias cuyos informes hasta el momento siempre se han cumplido. Me parece genial que alguien cuyo trabajo es anticiparse y pronosticar las modas, se atreva a promosticar un futuro post-covid19 así y ojalá algo se cumpla. Tras esa entrevista vino este MANIFESTO que he traducido al español para que podáis leerlo completo. Como cualquier manifesto es una delaración pública de intenciones y aunque está orientado sobretodo al modo en el que cambiará la industria de la moda y diseño, podría trasladarse a cualquier otro sector.

EL FORO MUNDIAL DE LA ESPERANZA

Bajo el asedio del virus Covid-19, muchas personas han llegado a comprender que deben cambiar sus patrones de comportamiento, no viajar demasiado, producir demasiado, consumir demasiado o usar demasiados recursos. La comodidad de estar y trabajar desde casa, desperdiciando tiempo en lugar de dinero, ha llevado a las personas a dejar su adicción a las cosas materiales y a un reino de compartir, cuidar y hacer. Cocinar, componer música, hacer el amor y hacer ropa y manualidades se han convertido en el centro de la vida; aprender habilidades de improvisación que encienden una cultura más creativa.

La mayoría de las personas no quieren volver a la misma sociedad de siempre y anhelan cambiar sus vidas para siempre.

LA ECONOMIA DE LA ESPERANZA: PONER A LAS PERSONAS ANTES DE LAS GANANCIAS

Muchas empresas, diseñadores y directores han escuchado esta llamada al cambio y saben que no deben perder esta oportunidad para la reestructuración radical de los negocios, disminuyendo su pulso. Al final de esta pandemia, como después de una guerra, solo nuestros edificios permanecerán en pie y todo lo demás habrá cambiado. Es cierto que muchas empresas se verán obligadas a adoptar una forma más ágil de producir bienes y servicios, y algunas empresas eliminarán líneas de producción que ya no se consideran vitales, conservarán los productos de hoy para la oferta del próximo año y profesarán un sentido comercial más frugal. Los diseñadores establecidos están reconsiderando la cantidad de artículos que desean concebir y realizar, recalibrando su surtido de acuerdo con una demanda calculada con precisión.

LA ECONOMIA DE LA ESPERANZA: LO ESENCIAL ES EL CAMINO HACIA ADELANTE

La moda tiene la oportunidad única de revertir la práctica loca de entregar cachemir en mayo y trajes de baño en noviembre. En un futuro posterior al virus, las personas deberían poder comprar un abrigo de invierno en invierno y un pantalón corto en verano. La ropa probablemente se volverá más esencial y uniforme. El diseño de producto también ganará un impulso crucial, dando forma al diseño autónomo a menor escala, hecho a mano en talleres, manteniendo una conexión privilegiada con coleccionistas y clientes por igual. Los desastres son conocidos como poderosas herramientas de despegue para formas radicales de transformar las prácticas comerciales. Muchos países financiarán el retorno de la producción a sus propias costas y la subcontratación se volverá más diversa y menos excesiva, cuidando mejor a los trabajadores y al medio ambiente. Para cosechar estas ideas emergentes, así como aprender de las buenas prácticas establecidas antes de este desastre global, deseamos organizar una plataforma internacional para contrarrestar el Foro Económico Mundial.

EL FORO MUNDIAL DE LA ESPERANZA

El World Hope Forum (Foto Mundial de la Esperanza) es una nueva reunión que incluirá el cambio climático en su agenda, así como el cuidado de todas las personas abandonadas involucradas en las cadenas de producción y los servicios. Bajo el liderazgo de embajadores elegidos en los países participantes, el Foro Mundial de la Esperanza reunirá a oradores y estudios de casos seleccionados, buenas prácticas, reinvenciones de los pequeños comerciantes e ideas innovadoras que surgirán en la primavera del renacimiento. Diferentes soluciones y escenarios reunidos en un foro global (virtual) una vez al año. Se analizarán e intercambiarán conceptos dinámicos y datos económicos para que todos podamos aprender e inspirar nuestras energías creativas. Los resultados se publicarán posteriormente y el acceso de código abierto permitirá que otros lo sigan. Reconstruyendo juntos el renacimiento de la sociedad.

CUIDANDO EL PLANETA Y SU GENTE

Podemos comenzar desde cero y construir nuevos sistemas donde los aspectos sociales y comunes superen al ego, donde la moral y los valores anulen las ganancias de los accionistas, y donde prevalezca la colaboración y la cooperación para brindar a más personas las mismas oportunidades. No tenemos más remedio que unir fuerzas y unirnos.

Se deben forjar nuevos pactos entre los productores de fibras, los fabricantes de hilaturas, las industrias textiles y las casas de moda, entre los productores de materias primas, los diseñadores independientes y sus artesanos. Se deben integrar cadenas enteras, estimuladas por fondos federales, para encontrar un interés e ingresos compartidos de este renacimiento en los negocios. La economía de la esperanza tiene el potencial de transformar la sociedad desde adentro.

Este manifiesto publicado el 10 de abril de 2020, se lanzó como parte del Festival de Diseño Virtual, iniciado por Marcus Fairs, fundador de Dezeen. Podéis ver la entrevista completa que se retransmitió en directo aquí. (en inglés)

Para ilustrarlo nada mejor que un arco iris, el de Robert Delaunay (1913)

4 Comments

  • Victoria

    Leer la palabra esperanza unida a la de economía es francamente esperanzador. Necesitamos un cambio o mil, lo que el futuro nos depare tras este parón (obligado y obligatorio) debe ser para hacernos más humanos y soldarios, para mirarnos de verdad y sin prisa. Estamos aquí para aprender ¿no? si no ¿qué sentido tiene esto?. Gracias por este post tan interesante, me ha encantado. Igual que me encanta el tiempo que ahora tengo para disfrutar de mi hija adolescente a la que le veo todas las gracias…por ejemplo. Un abrazo!

    • Alicia

      Hace casi un mes que escribí esto y supongo que ya podemos valorarlo con algo más de perspectiva. En mi región ya estamos en la Fase 1 y aunque veo a mucha gente responsable, y cuando digo responsable me refiero a que no sólo piensan en ellos mismos sino también en los demás, y han aprendido que superar esto es cosa de todos, también veo lo contrario, personas a las que parece que este tiempo no les ha afectado lo más mínimo y solo buscan volver a la normalidad anterior al virus, eliminando todo de su memoria como si no hubiera pasado.
      Nada volverá a ser lo mismo mientras convivamos con el virus y muchos no parecen entenderlo. El que no se adapte, ya sea a título particular o profesional no sobrevivirá.
      He vivido también historias muy interesantes de superación y adaptación con algunos de mis clientes dispuestos a reinventarse y pidiendo ayuda para encontrar ideas nuevas.
      Sigue siendo un momento extraño, ojalá no nos despistemos y podamos controlarlo.
      En cuanto a la economía ojalá fuera solo cuestión de esperanza, habrá poner los medios para que lo que deseamos tenga alguna oportunidad de convertise en realidad. Un abrazo

  • Elena

    Qué interesante Alicia! Realmente, nos queda la esperanza y una firme voluntad de hacer las cosas diferentes; de lo contrario, ni siquiera aprovecharemos la oportunidad que nos brinda este fuerte punto de inflexión. Espero que estés bien!

    • Alicia

      Todo bien por aquí Elena ;)
      Si no aprendemos de esto volverá a pasar… Puede que no todo el mundo cambie y muchos estén deseando recuperar la vida de antes, pero esto no se olvida fácilmente y te da una perspectiva nueva.
      No sé si nuestra generación lo verá, pero convivir con un virus que no distingue a quien se lleva, el número de fallecidos, las consecuencias de paralizar la economía, son cosas que marcan. Quizá no sea una revolución rápida y se vaya gestando lentamente.
      Si lo piensas a pequeña escala, nosotras mismas hemos cambiado desde el 14 de marzo, el confinamiento, la preocupación por nuestros familiares y amigos, las salidas contadas, programar la compra y que se limite al super, trabajar desde casa o incluso en nuestro entretenimiento diario algunas de las cuentas que seguíamos en rrss que ahora nos resultan completamente innecesarias y superficiales.
      Desde luego si esto no nos hace revisar muchos de nuestros valores y nuestra relación con el planeta, no tenemos arreglo como especie. Un abrazo grande!

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