De espaldas

Tengo mil ideas en la cabeza, mil cosas de las que probablemente podría escribir, pero tanto caos no es bueno :D

No puedo decir que el tiempo que no dedico al blog se lo lleven las redes sociales, así que vivo de espaldas a ellas. Si me seguís en alguna sabréis que lo que más utilizo es Spotify, Facebook lo tengo descuidado, por Linkedin apenas me paso, he desinstalado Tik tok, Twitter quizá sea ahora mismo la red de la que más aprendo aunque retwiteo cosas y comento muy de vez en cuando, Pinterest es un compendio de todo lo bonito que me encuentro e Instagram me da tanta pereza… me gusta sacar fotos y me encanta compartir, pero de verdad que una de las cosas que más agradezco en el día es ser capaz de estar lejos de una pantalla.

He comenzado un master y está siendo duro, no en el sentido de difícil, porque adoro aprender y es algo que necesitaba. Creo que tiene que ver con que al cerebro cuando llevas tiempo sin estudiar le cuesta, está claro que no es el mismo que el de mi yo universitaria a sus 20s y lo obvio, trabajar como freelance y estudiar puede verse genial desde fuera, al poder organizar tu tiempo, pero eso hace que todavía sea más caótico. Así que deseadme suerte porque tengo unos cuantos meses más de aprendizaje por delante.

Y de espaldas no es solo porque se la esté dando a las rrss. El último flechazo que me compré fue esta impresión (no tengo la cuenta corriente de la Thyssen) de Riona Buthello, una artista de Manchester, titulada «Simple Things». Me paré a pensar porqué me gustan especialmente este tipo de imágenes, el arte que me llama la atención y me he dado cuenta de que tengo predilección por las obras en las que no se ve la cara de los retratados, o en las que las que las figuras humanas se encuentran solas y aisladas.

No lo hago queriendo, pero me llaman la atención siempre las obras con figuras solitarias, me inspiran a imaginar la historia que se mueve alrededor, el momento de soledad y meditación.

Lo mismo ocurre con los retratos de espaldas, o en los que no se ve la cara del humano retratado, me resultan mucho más misteriosos. Pintar caras no es nada fácil, os lo dice alguien que dejaba las caras que tenía que dibujar en la facultad siempre para el final. No solo se trata de pintarlas bien, hay que captar toda una serie de detalles y la esencia de la persona. La historia es diferente si las pones de espaldas, imaginaos la Mona Lisa de espaldas, por mucho que su sonrisa sea misteriosa, ¡qué historia nos regalaría!.

Hay una obra que me gusta especialmente de Gerhard Richter, que quizá sea uno de mis pintores contemporáneos favoritos. Su título «Betty» y fue pintada en 1988.

En el caso de la artista danesa Trine Søndergaard las fotografías de mujeres que no muestran su cara se repite en varias de sus series.

He conocido a otros artistas con estilos completamente diferentes como Ottokim en instagram, que crea unas pequeñas ilustraciones con personas de espaldas.

Y como estos ejemplos hay infinidad. Me gusta la idea de que si no tenemos cara, nos fijamos en otros detalles y es fácil que recreemos el momento, que exista una argumentación, que imaginemos todo lo que se genera entorno a la imagen. ¿Por qué no enseña su cara?, ¿qué ropa lleva?, ¿qué peinado?, ¿dónde está?, lo haríamos también con un retrato de frente, pero la expresión de la cara probablemente se llevaría toda nuestra atención y sería más fácil imaginar una historia pero ¿tendría el mismo misterio sin unas facciones y una expresión?

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