¿Cómo vestir la cama?
La cama es el elemento principal del dormitorio y dependiendo de cómo la vistamos podremos cambiar completamente su decoración. Lo ideal es conseguir que sea un espacio para el descanso, y, mientras que para algunos esa idea está concebida con color y necesitan verlo en paredes o en la ropa de cama, a otros lo que nos gusta es ver colores neutros y claros.
Es importante tener en cuenta que si estamos hablando de espacios pequeños los tonos claros, independientemente de nuestros gustos, nos servirán para aportar luz y sensación de amplitud.
Y ¿cómo vestir la cama?, lo tengo claro (por ahora).
¿Manta o nórdico?:
Llevo años con nórdico pero el cambio ya lo hice siendo mayor, cuando pude decidir qué poner sobre mi cama. En mi infancia el nórdico de plumas no era tan habitual. La sábana bajera, sábana superior, manta, colcha y si hacía falta edredón era lo normal, incluso en invierno en lugar de una manta te ponían dos y, si bien la cama no se deshacía apenas del peso, ese mismo peso podía ser tan reconfortante como agobiante.
A mi madre le costó entender el funcionamiento del nórdico, es curioso, no porque pensase que no era calentito sino porque, para ella, la cama una vez hecha no parecía hecha… Y es que un nórdico de plumas suele quedar abombado y con zonas más o menos mullidas y colocar una manta y una colcha son sinónimo de cama plana y perfecta. Hoy en día lo bueno es que hay ropa de cama para todos los gustos y accesible incluso para comprar online en webs como diezxdiez.es
A estas alturas yo no cambio un nórdico de plumas y varios cojines por una manta y una cama plana y perfecta. Me encanta el tacto, la suavidad, precisamente el que caliente sin necesidad de aprisionarte en la cama. Claro que, como todo, tiene un mantenimiento y la ventilación es esencial. Comprarlo también exige informarse bien, para dar con el tamaño adecuado, la composición y el relleno (microfibras si padeces alguna alergia o plumón, pluma y su procedencia, si es de ave, conocer su origen y su método de fabricación), e informarse bien sobre su gramaje y el calor que proporcionan.
¿Colores o tonos neutros?
Lo mejor de los nórdicos además de su comodidad es su versatilidad. Soy muy fan del blanco, una funda nórdica en blanco admite combinaciones infinitas, sólo con cambiar los cojines o algún otro elemento decorativo de la habitación. También existe la opción contraria, en lugar de tener una funda blanca o de tono neutro y cambiar el resto de elementos, puedes tener varias fundas estampadas y renovar la decoración de tu dormitorio con sólo cambiar la ropa de cama.
Habrá a quien este tipo de decoración y la cama toda en blanco le parezca sosa o típica de habitación de hotel. No niego que no es para todos los gustos pero particularmente la sensación de calma y relax que me transmite una habitación en tonos claros, me parece perfecta.
He reunido algunos ejemplos para convenceros, los que no lo estéis ya, y os paséis al nórdico y a los tonos neutros.
Foto inicio vía
4 Comments
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Alize
Yo prefiero el nórdico, te da el mismo calorcito sin tener tantas capas… Y siempre suelo tirar por fundas nórdicas con bastante colorido, no sé por qué pero me llaman :)
¡Besotes!
Gemma
Yo también prefiero un edredón nórdico, adoro la sensación de dormir con él. Además, hacer camas tradicionales es una de las cosas que más odio del mundo mundial. Sábana, mantas, colcha, edredón… mil capas que alinear y colocar, quita, quita. Sí que es cierto que cambiarle las fundas a los edredones nórdicos es todo un reto, pero compensa.
Yo adoro las camas completamente blancas en las que el color es aportado por complementos como colchas, mantas, butís o cojines. Y es increíble cómo cambia todo el dormitorio con solo cambiar la ropa de la cama.